Palabra compuesta por (casa y puerta), también conocida como zaguán o portal.
En las tardes primaverales próximas a la estación veraniega, los vecinos se reúnen en
la calle y entrada de la casa (conocida como casapuerta) para hablar de lo divino y lo profano. Surge esa filosofía natural de los por qués cotidianos. Todos aportan su granito de arena, en forma de opinión. Pero no queda ahí la cosa, pues cuando se trata de hablar de personas hacen un análisis psicológico que ríete del más prestigioso psiquiatra o psicólogo. La mayoría de las veces el tiempo les da la razón; y es que al buen observador la experiencia de la vida lo va vistiendo de sabiduría. Y cuando su pronóstico da resultado, suelta su gran sentencia:
- Ya os lo decía; lo que a mí se me escape.
Así que la sicología (mire que moderno, ya la escribo sin “p”) que aquí encontrará no es nada ortodoxa, y menos científica; es simplemente sicología de casapuerta.
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